Con la mierda hasta el cuello
Por ser hijo de obrero, un perdedor,
y no aceptar las reglas de la humillación
solo eres un chorizo, un puto ladrón.
Tu vida es como sentarse a jugar
en una partida en la que nunca puedes ganar.
Tu existencia sirve de justificación
al honrado ciudadano y al banquero ladrón
y el sueldo que cobra el pasmarón matón.
Si no existiera la delincuencia se tendría que inventar,
si no, ¿cómo justificar este estado policial?
Con la mierda hasta el cuello condenado a vivir
por no querer ser un cerdo, un puto perro servil.
Has tenido mala suerte y la pasma te ha vuelto a enganchar,
otra temporada en el trullo que aún peor te hará.
Y cuando salgas a la calle a las andadas volverás
para seguir corriendo hasta que te vuelvan a atrapar.